CRÓNICA DE ANTONIO JOSÉ CANDÓN
A las nueve de la mañana del pasado domingo en la plaza de España soplaba un fuerte viento de levante. No obstante la Alameda, a esas horas cualquier día desierta, se convirtió en un hervidero de personas ataviadas con maillot, culotes, guantes, cascos, mochilas, Una serpiente multicolor, desafiando a Eolo se disponía a recordar a un personaje que tanto hizo y quiso a su pueblo.
Que importaba el mal tiempo y el riesgo. Cerca de un centenar de ciclistas (podrían haber sido más si el tiempo hubiese estado mejor) querían estar con uno de los suyos, que aunque hace poco hace dos años ya no está, permanecerá siempre en la memoria de todos.
Y se cumplieron todas los objetivos y perspectivas la II Salida ciclista memorial homenaje a Antonio Orellana Berrocal fue todo un éxito de organización y participación. Este reconocimiento a título póstumo del deportista asidonense fue organizado por la Asociación ciclista “Las 60 pulsaciones” de Medina Sidonia en colaboración del ayuntamiento asidonense y la empresa Electro Orbe S.L.
Como no podía ser de otra manera, además de los corredores en la Alameda se encontraban Milagrosa Dávila la viuda de Antonio y sus hijas Elena, María del Carmen y Maria de la Paz, su yerno Alex, sus hermanos, otros familiares y un buen número de amigos: Javier Carrasco, Juan el Inglés, Santiago Barrios, Luis Astorga, Lourdes. Titi y Po “Paquirris” y un largo etcétera.
Los actos se iniciaron poco después de la 9 de la mañana con un emotivo, respetuoso e impresionante minuto de silencio para recordar a esta entrañable persona.
Más tarde su viuda dio la salida desde la misma Plaza de España y el pelotón inició la vuelta por las principales calles de Medina que tanto amó Antonio Orellana para abandonar por la Pedrera los límites del caso urbano e iniciar la ruta cicloturista de ida y vuelta en dirección hacía el núcleo rural de “Los Badalejos” en el término municipal asidonense, a una distancia de 25 kilómetros aproximadamente por cañadas, vías pecuarias, caminos rurales y corredor verde, que tantas veces había recorrido con su bicicleta durante muchos años Antonio.
Sobre la una de la tarde los ciclistas con polvo hasta las cejas, cansados o sudorosos, ya estaban de vuelta con la satisfacción de haber homenajeado y recordado por segundo año a Antonio, muy querido, popular y entrañable personaje con una gran calidad humana, gran deportista asidonense practicante y gran aficionado al ciclismo tanto que fue uno de los fundadores de la primera asociación o club ciclista “Fuente Salada” por los años 90. No solo formó parte como corredor o cicloturista de esta asociación, sino que en su calidad de empresario financió o costeó las equipaciones de este primer club de las dos ruedas en Medina.
No conforme con eso también colaboró aportando trofeos, material deportivo e incluso dinero en no pocas competiciones deportivas no solo relacionadas con el ciclismo sino de otras modalidades: fútbol, baloncesto, fútbol-sala, entre otras.
Pero aquí no acaba la aportación de Antonio a su querido pueblo, pues fue uno de los descubridores de las actuales cloacas romanas de la calle Ortega y de otras que ahora no son visitables. Uno de los fundadores de la Academia Thebussiana de Ciencias, Letras, Artes e Historia, uno de los promotores de los homenajes nacionales al Doctor Thebussem y Pascual Cervera, y del descubrimiento del monumento a la Paz (desafortunadamente desaparecid), uno de los creadores de Radio Medina. Incansable investigador de las cosas de su pueblo y disponía (ahora la tiene su familia) la más completa colección de videos (desde cuando comenzó a comercializarse este aparato), fotografías, documentos, libros, restos arqueológicos, monedas antiguas, entre otras cosas, además de buena persona, de carácter afable, de fácil conversación y sobre todo un gran asidonense que no tenía enemigos y al que todo el mundo quería, respetaba y les tenía una gran consideración o estima.
